Aprovechando que acababa de comprar el aceite H12 de girasol y que
tenía una tarde sin nada urgente que hacer (cosa rara, pero ¡bueno!) me puse a
preparar estas rosquilletas que os enseño. ¡A ver cuánto duran!
Esta es la primera vez que las voy a hacer con este aceite de girasol. Anteriormente las
había hecho con aceite de oliva. Entonces, ¿Qué tiene de especial
este aceite? Pues que un aceite de girasol normal tiene poco sabor, sin embargo
este aceite huele y sabe a autentica pipa. La razón es que normalmente los
aceites de girasol se prensan en caliente para sacar más rendimiento, y
utilizan disolventes para este proceso. Sin embargo con el aceite está prensado en
frío aunque se obtiene un rendimiento mucho más bajo pero se mantiene intacto el sabor
a la pipa. Por eso he
probado a hacer esta preparación con pipas para intensificar su sabor.
400 g de harina de trigo
100 ml de aceite de girasol prensado en frío
150 ml de agua tibia
22 g de levadura de panadero (Un cubito)
40 g de pipas peladas crudas
10 g de sal
ELABORACIÓN
En un bol echa el agua tibia, añade la levadura y la disuelves en
el agua.
Siempre agua tibia, nunca agua caliente porque la levadura se
inactiva. Vierte el aceite de girasol
y lo mezclas. Agrega la harina y la sal, lo amasas un poco.
Pon un poco de harina en el banco de la cocina y añade las pipas peladas y las mezclas bien.
Sigue amasando enérgicamente, con las manos,
durante 10 minutos aproximadamente. Se me ha quedado un olorcito delicioso a
pipas en mis manos. Se puede amasar también en el thermomix a velocidad espiga
durante 10 minutos.
Haces una bola con la masa
y la dejas otra vez en un bol,tapado con un trapo en un sitio templado durante una hora. Pasado ese tiempo, le quitas el trapo y verás que ha doblado su tamaño. Coge un poco de masa y moldea las rosquilletas. Estira un poco de masa hasta conseguir un cilindro fino y largo, lo cortas con un cuchillo en cilindros de unos 10 centímetros de largo y medio centímetro de grosor.
Aplasta el cilindro con los dedos y lo pones en la bandeja del
horno sobre papel vegetal.
Puedes darle forma aplastada o redonda. A mí me gusta aplastarlas.
Cuando tengas todas las rosquilletas en la bandeja, con un pincel
las pintas con un poco de aceite de girasol de nuevo,
si quieres también puedes
espolvorearlas con un poco de sal gorda o en escamas.
Las dejas que reposen unos 7 u 8 minutos y luego las introduces en el horno a 180º durante 30 minutos.
Sácalas del horno y deja que se enfríen antes de comerlas (si
puedes esperar).
La cocina olía de maravilla a pipas. Mis ratones fueron
apareciendo a hacer visitas cada poquito tiempo y cuando las saqué del horno
las tuve que esconder…
Cuando se enfríen las puedes guardar en una bolsa de plástico,
bien cerrada. Te duraran 2 ó 3 días crujientes.Y ya tienes organizado el almuerzo de tus hijos.
Mi opinión: Han mejorado. De hecho, ni bolsitas ni nada. ¡han volado! y eso que las he hecho grandecitas. Muy ricas. El sabor ha quedado muy muy bueno.
Jijiji, yo también tuve ratoncitos cuando las hice. Y es que están tan ricas que no me extraña nada :) No conocía ese aceite, ¡qué curioso!.
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